jueves, 8 de junio de 2017

Análisis

El cubismo analítico

Se conoce con este nombre a la primera etapa del cubismo, que va desde 1909 a 1912, y en la que predomina la monocromía en grises y ocres, como un gesto de desdén hacia el color, ya que únicamente interesaba el trabajo de geometrización de la realidad.

También se le apoda cubismo “hermético”, dado que en su afán por descomponer los puntos de vista, algunas de las obras presentadas durante este período eran tan retadoras que casi parecían ser abstractas.
En esta etapa el cubismo empezó a exhibirse al público, no sin escándalo y rechazo de la crítica, en 1911. En la sala 41 del Salón de los Independientes se mostraron obras de Jean Metzinger, Fernand Léger, Robert Delaunay, Albert Gleizes y Henri Le Fauconnier. Entre las obras de esta fase del cubismo se encuentra el Retrato de Kahnweiler (1910, Instituto de Arte de Chicago).



Autor: Georges Braque (1882 –1963)
Tipo de obra: Óleo sobre tela
Estilo: Cubista
Cronología: 1908
Localización geográfica: Berna (Suiza) Kunstmuseum.
Descripción y análisis de la obra:
Esta es una de las obras más representativas de la etapa cubista de Braque. Todos los elementos de este paisaje se han geometrizado, o cubificado, de forma muy intensa y lo que parece más importante. 
La organización de la imagen en su conjunto se apoya sobre una retícula de ejes que nada debe ya a la representación del paidsaje original, o de la impresión recibida al cptar el paisaje: el cuadro pide una estructura independiente de la que el paisaje visto, empírico, puede proporcionar; los motivos anecdóticos, los árboles, las casas, los arbustos, parecen ser meros pretextos para la exposición de esa representación reticular.
La composición parece caótica y desordenada, bloques de casas esquematizados al máximo por cubos y pirámides se mezclan con formas redondeadas y cilíndricas de los árboles y la vegetación. Los colores son obscuros, detacando las gamas de ocres, verdes obscuros y grises. La vaga ilusión de profundidad es conseguida a razón de repetir los mismos esquemas a escala más reducida.

Aspectos técnicos y estilísticos: 
Si observamos con detenimiento las obras de este período, podemos reconocer fácilmente los temas. Técnicamente parece descomponer la realidad en líneas fragmentadas, suaves pinceladas, toques horizontales o verticales, con una firme voluntad geometrizante. Respecto al color, utiliza una sobria paleta en la que dominan el ocre y el verde. Las zonas de mayor o menor oscuridad parecen conferirle una cierta luminosidad, pero más que color olo que se observa son tonalidades. Con ello el artista logra un difícil equilibrio entre la plasmación de un tema figurativo y la abstracción mental que supone descomponerlo en la búsqueda de las relaciones geométricas básicas que se hallan en la naturaleza.



La incidencia de autores post-impresionistas como Cezanne es evidente en las obras que Braque dedica al pueblo de l'Estaque. Como en la disposición y el tratamiento de la vegetación y las casas, y en el relieve abrupto de la cercana montaña de Sainte-Victoire. Braque acentua el sentido constructivo y el perfil de los planos cromáticos, que construyen tanto los bloques que representan las casas como los troncos de los árboles. También presta mucha atención a los ejes o líneas diagonales que construyen la escena, formando una red que será característica del cubismo tanto suyo como del de Picasso, en las conocidas series de pinturas sobre Horta d'Ebre. 


El cubismo sintético
Esta etapa posterior del cubismo inicia en 1912 y dura alrededor de dos años más. Su nacimiento se vincula con la incorporación de parte de Georges Braque de palabras y números en sus obras, abriendo camino así a la tendencia que Picasso y él mismo explorarían en sus primeros collages, adhiriendo madera o papel periódico a los lienzos.

El primer cuadro de Picasso en emplear dicha técnica fue Naturaleza muerta con silla de paja (1912), trabajando el cuadro con pasta de papel y hule.



  • Autor: Pablo Picasso.
    Título: Naturaleza muerta con silla de rejilla, 1912.
    Técnica, soporte y dimensiones: collage de óleo, hule y pastel sobre tela, 27 x 35 cm.


    Localización: París, Museo Picasso.
    El cuadro que vamos a comentar es un bodegón realizado por Picasso, que anuncia el final del estilo que conocemos como cubismo analítico y los primeros pasos en la etapa sintética. Además es la primera exploración en serio del artista en el collage.

    Descripción formal.
    La primera impresión al mirar esta obra es de confusión.
    Podría ser un típico cuadro analítico donde los objetos aparecen descompuestos en multitud de facetas. Hay una parte que así está tratada reconociéndose algunos objetos diseñados en el ya consolidado lenguaje cubista de representarlos desde varios puntos de vista: una copa de cristal, una boquilla de pipa, un periódico, una rodaja de limón... Pero en la parte inferior izquierda  tenemos el trenzado de rejilla de una silla perfectamente detallada y definida.

    Los colores son austeros como todos los de la serie analítica, en tonos pardos para no distraer al espectador en la reconstrucción mental de los objetos.

    Aparecen signos tipográficos. Se puede leer las letra "JOU", inicio de "Journal". Este hecho resulta novedoso puesto que su existencia no funciona como símbolo o testimonio del objeto, como en otras ocasiones lo utiliza Picasso. El artista utiliza las letras como un efecto más para equivocar a los ojos del espectador. La "U" incluso parece sobrevolar la imagen al salir del periódico.

    El formato es ovalado, no muy usual en la obra de Picasso. La forma no es casual: crea un campo visual concentrado y al mismo tiempo asemeja a un espejo que refleja unos objetos depositados en una silla.

    Si nos acercamos un poco más descubrimos más elementos extraños.
    El marco es una cuerda de cáñamo elegida por el pintor en su creación. El pintor ha querido intervenir hasta en el espacio circundante del lienzo y romper hasta en esto con la tradición.

    El óleo ocupa la zona superior, pero la zona inferior, la de la rejilla,... es un huleBraque Picasso ya habían incorporado papeles, periódicos o cartones pegados en otras obras cubistas, pero por primera vez se introduce el material plástico estampado. Para integrar este material en el cuadro el pintor ha camuflado los bordes y ha manchado con trazos de pintura la superficie lisa del hule. El resultado es que hasta que no estamos encima no descubrimos la existencia del propio collage.
  • El cubismo en la escultura
  • Picasso mismo produjo numerosas estatuas, siguiendo los lineamientos cubistas que le inspiraban. Pero no fue el único: Alexander Achipenko, Jacques Lipchitz, Henri Laurens, Pablo Gargallo y Julio González fueron fértiles escultores cubistas, siendo este último además un pionero del uso del hierro a través de la soldadura autógena.
  • Los principios de la escultura cubista apuntan al aprovechamiento de material de desecho, a través de técnicas similares al collage, en lugar de trabajar un mismo bloque de piedra o mármol. Así fue desarrollándose la estética de “ausencia de masa”, ya que eran figuras tridimensionales con agujeros y vacíos en su superficie.

Título: El profeta,                                  
Autor: Pablo Gargallo,                      
Cronología: siglo. XX,                              
Estilo: Cubismo y Expresionismo

Esta escultura de hierro es una de las últimas obras de Gargallo. En ella intenta esculpir el vacío, el hueco, al contrario de lo que sucedía en la escultura tradicional que se intentaba dar forma al volumen.
La luz resbala por la superficie del bloque, se introduce por el interior y crea zonas de claroscuro.



El profeta presenta formas que nos recuerdan a los cubistas, pero se mueve dentro de los planteamientos espirituales del expresionismo por la dureza, la agresividad y el carácter de la figura. Representa a un hombre que está gritando, amenazante, con una mano levantada en actitud de orador y otra que sujeta un bastón.

Titulo: EL profeta 
Autor: Pablo Gargallo
Cronología: Siglo XX
Estilo: Cubismo y Expresionismo
Esta escultura de hierro es una de las ultimas obras de Gargallo. En ella intenta esculpir el vacío, el hueco, al contrario de lo que sucedía en la escultura tradicional que se intentaba dar forma al volumen.

La luz resbala por la superficie del bloque, se introduce por el interior y crea zonas de claroscuro.
El profeta presenta forma que nos recuerdan a los cubistas pero se mueve dentro de los planteamientos espirituales del expresionismo por la dureza, la agresividad y el carácter de la figura. representa a un hombre que esta gritando, amenazante, con una mano levantada en actitud de orador y otra que sujeta el bastón.

Las líneas y planos nos conducen hacia la cabeza y la boca, que es el centro expresivo de la figura tanto en su visión frontal como en las laterales. Si lo miramos desde distintos planos, el profeta es el mismo, tiene el mismo gesto. La diversidad de puntos de vista conduce al espectador al movimiento, que ha sido creado a partir de la materia y el vacío. La imagen cobra cuerpo en el espacio.

Pablo Gargallo nos sugiere volumen a través del vacío rodeado de aire y de luz, que da lugar a claroscuros, incrementando así el dramatismo de la obra.

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